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Blog Mercado-Vino / Miércoles 11 de Diciembre de 2013
Vinos Espumantes
Los vinos espumantes son vinos con gas disuelto. El gas se consigue haciendo que haya una segunda fermentación dentro de la botella cerrada (o en algunos casos en depósitos cerrados de algunos hectólitros), el CO2 que se produce no puede escapar y se disuelve en el líquido
Los vinos espumantes son vinos con gas disuelto. El gas se consigue haciendo que haya una segunda fermentación dentro de la botella cerrada (o en algunos casos en depósitos cerrados de algunos hectólitros), el CO2 que se produce no puede escapar y se disuelve en el líquido. La segunda fermentación en botella se puede conseguir añadiendo azúcar, embotellando el vino antes de que haya terminado de fermentar o cerrando la cuba de fermentación antes de que termine esta.
Un caso aparte son los vinos gasificados a los cuales se les añade artificialmente el gas a la manera de los refrescos gaseosos.
Sólo si siguen el método champenoise, se podría considerar champán, y aun así sólo se permite ese nombre a los que tienen la denominación de origen en la región correspondiente de Francia. Los elaborados en España se llaman cavas. La primacía en vinos espumosos españoles corresponde a la localidad de Sant Sadurní d'Anoia, perteneciente a la comarca del Alto Penedés, en ella se iniciaron las elaboraciones y se las llevó a la más alta perfección de los métodos seguidos en la región francesa de la Champagne, y en ella se obtiene la mayor parte de la producción nacional. En proporciones menores (menos del 1%, en realidad) se preparan espumosos en Aragón, Castilla y León, Extremadura, La Rioja, País Vasco, Murcia, Navarra y recientemente en Andalucía.
Tipos de cepas
Los vinos espumantes se elaboran a partir de muchos tipos de uva, aunque tres de ellos son los mas utilizados: Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier.
La mayor parte de los vinos espumantes se hacen con una mezcla de Chardonnay y Pinot Noir, por ejemplo 60%/40%. Los champanes Blanc de blanc (blanco de blanco) son 100% chardonnay.. El champán Blanc de noir (blanco de negro) se hace al 100% con Pinot Noir o uvas tintas, usando una especial presión rápida, de manera que el color tinto del hollejo no manche el mosto prensado.
Chardonnay: es una uva blanca
Pinot Noir es una uva tinta de pulpa blanca
Pinot Meunier otra uva tinta de pulpa blanca
El vino puede ser blanco, rosado o tinto.
Clasificación según su método de gasificación
El Tradicional, Traditionnelle o Champenoise: Consiste en someter el vino, una vez embotellado, a una segunda fermentación para producir el gas. Este proceso se aplica al champán y es considerado el de mayor calidad.
El Charmat o Granvas: Con este método se hace la segunda fermentación del vino en grandes tanques; cuando ya está gasificado se embotella. Aunque es más económico y sencillo que el anterior, el resultado final es óptimo.
El Gasificado: Se inyecta el gas directamente en el vino, de manera industrial. Las burbujas obtenidas son más gruesas y menos integradas que en los dos procesos anteriores.
Clasificación según dulzura (Adición de licor de expedición)
El volumen perdido con el degüello se repone con un licor de expedición con un alto contenido de azúcar. Según los mililitros agregados por botella se darán distintos grados de abocamiento tipificándose en
Brut Nature o Brut Zéro (menos de 3 g. de azúcar por litro)
Extra Brut (menos de 6 g de azúcar por litro)
Brut (menos de 15 gramos de azúcar por litro)
Extra Sec (12 a 20 gramos de azúcar por litro)
Sec (17 a 35 gramos de azúcar por litro)
Demi-Sec (33 a 50 g de azúcar por litro)
Doux o Dulce (más de 50 g de azúcar por litro)
Champagne (nunca más)
Durante mucho tiempo los productos de las distintas regiones de Francia fueron conocidos por el nombre de ellas, pero este país comenzó a exigir que sólo fueran denominados de esta forma los que fueran producidos exclusivamente en esas tierras como una forma de proteger la distinción de origen.
Para la Argentina el término correcto es Vino Espumante, así como en España lo que se compra es Cava. Ya lo estamos haciendo estos cambios con el Queso Azul, en lugar del Roquefort, y llamando a los vinos por el tipo de uva del que derivan. Por suerte lo llamamos "Vino Espumante" y no "Chispeante", como propuso en algún momento un no muy bien iluminado periodista. En otros países ya lo denominan Champaña, Sparkling Wine, etc., (con suerte esta generación argentina ya no se referirá al "champú" a la hora de hablar de este tipo de vino, ¡menos mal!).
No poder llamarlo "Champagne" no significa que no podamos disfrutar de espumantes de calidad, y a la hora de seleccionar un buen Vino Espumante tenemos que recordar que en este caso se cumple eso de que "No todo lo que brilla es oro", tenemos que aprender a elegir teniendo en cuenta que no toda marca conocida es buena.
Actualmente, en el mercado hay una gran oferta y es justamente por este motivo que debemos tener mucho cuidado al seleccionar el espumante. Están las marcas que más invierten en publicidad, que no necesariamente significa que pongan el mismo empeño en la calidad de su producto. Son conocidas, es cierto, pero no le tenga miedo a probar una marca menos conocida y hasta más económica, incluso en muchos casos de mejor calidad.
Bodegas artesanales, nuevas bodegas, bodegas boutique, bodegas familiares, con pequeñas producciones, buenas y nuevas alternativas a las que no hay que temer. Seguramente no las van a encontrar en los supermercados, pero sí en las vinotecas o wine bars donde lo sabrán asesorar. Si va a comprar para hacer un regalo o llevar un presente para una ocasión especial, le aconsejo primero, degustarlos en casa con la familia y/o amigos, elegir, y luego comprar. Hay muy buenas alternativas calidad-precio. No siempre el más caro es el mejor o el que más nos gusta.
Al elegir, la característica fundamental para tener en cuenta y observar detalladamente es "la burbuja". Al servir la copa, ésta abraza el interior. Luego, como por obra de un pase mágico, ocupa el centro de la copa, y se eleva a la superficie en forma constante, cuanto más pequeña sea la burbuja, mejor el espumante. Debe ser fina y suave al paladar, no tiene que "chocar". Lo mismo sucede con los taninos y el azúcar, no deben cansar el paladar. Para observarlo mejor, es conveniente utilizar copas flauta. Su aroma, su sabor, su acidez, variará de acuerdo al que hayan elegido, al proceso de elaboración utilizado, y a los varietales que hayan intervenido.
El espumante es un vino para todo momento, es excelente aperitivo, es sano y es ligero. ¡A disfrutarlo!